Cada vez que llegaba me agachaba a darte un abrazo... a nosotros nos gustaba saludarnos con un abrazo... y me tocabas la nuca para ver si estaba recién bañada... "Ay Isa! Sos un cachivache...", me retabas cuando escuchabas las historias que le contaba a Mamá...
Durante estos tres años viví al ritmo de tus sonrisas. No sé cómo siempre tenías una sonrisa para darnos. Todas la sonrisas en las que te retrato, volvíamos de una quimio, un pinchazo, una anestesia, un "tatuaje", los rayos, o habías estado volando de fiebre, o con innumerables vómitos, con cansancio, malestar, diarrea, dolor de cabeza, dolor de panza, de espalda o de hueso, pero siempre cuando se terminaba nos dabas tu mejor sonrisa. Al lado nuestro siempre estaba tu "Hombrecito del azulejo"
sábado, 14 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Extraño tus verrugas!!!
ResponderEliminar