En Saavedra... todos juntos, reuniones interminables... con mucha comida, gritos, revuelo... todos se quejaban del ruido... pero no era ruido!!! era música!!! así destrozaron los baldes de la abuela Mary... no quedó ni uno!
Durante estos tres años viví al ritmo de tus sonrisas. No sé cómo siempre tenías una sonrisa para darnos. Todas la sonrisas en las que te retrato, volvíamos de una quimio, un pinchazo, una anestesia, un "tatuaje", los rayos, o habías estado volando de fiebre, o con innumerables vómitos, con cansancio, malestar, diarrea, dolor de cabeza, dolor de panza, de espalda o de hueso, pero siempre cuando se terminaba nos dabas tu mejor sonrisa. Al lado nuestro siempre estaba tu "Hombrecito del azulejo"
jueves, 20 de enero de 2011
Inolvidables....
En Saavedra... todos juntos, reuniones interminables... con mucha comida, gritos, revuelo... todos se quejaban del ruido... pero no era ruido!!! era música!!! así destrozaron los baldes de la abuela Mary... no quedó ni uno!
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