Carlos Nuñez "El pozo de Aran".
Muchas veces soñé que podía existir un pozo de Aran. Recorrimos hasta los espacios más inverosímiles, recurrimos a la medicina tradicional, a la medicina alternativa, a sanadores, curadores, lugares místicos por su tradición, llevamos estampitas a todos los santos, bendijeron cada prenda que usaste, rezaron y oraron en cada iglesia y templo conocido, te llené una caja de estampitas, íconos, imágenes santas, oraciones, cadenitas, medallitas, rosarios, sólo me faltó el Pozo de Arán de Carlos Núñez, quien sabe...
Durante estos tres años viví al ritmo de tus sonrisas. No sé cómo siempre tenías una sonrisa para darnos. Todas la sonrisas en las que te retrato, volvíamos de una quimio, un pinchazo, una anestesia, un "tatuaje", los rayos, o habías estado volando de fiebre, o con innumerables vómitos, con cansancio, malestar, diarrea, dolor de cabeza, dolor de panza, de espalda o de hueso, pero siempre cuando se terminaba nos dabas tu mejor sonrisa. Al lado nuestro siempre estaba tu "Hombrecito del azulejo"