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jueves, 15 de noviembre de 2007

Deberán permanecer en Buenos Aires

Pasillos, salas de espera, corredores, la placita, el barcito, la sala de juegos. Esperas, consultas, autorizaciones, órdenes, dudas. Y en el medio, entrlazadas, decenas de historias que se entrecruzan, se van tejiendo, se van pareciendo, se van familiarizando, cada una con su impronta, historias que se tejen como una tela de araña. Por necesidad, por desesperación, por soledad y de casualidad. Y esta es una de esas historias, que comienza de casualidad en el hall de espera del primer psio de Onco, esperando un ajuste de dosis, una recomendación o probablemente solo la dignidad de una mirada. Espera que no desespera. Se aprende a esperar. La espera es parte de la esperanza, mientras se espera se está, y es lo único que vale. Una esquela tal vez, dando innumerables vueltas entre los dedos, sin pensar, ya no se piensa, sólo se espera. Y el entorno, a veces se pierde, se desdibuja y otras veces cobra nitidez, te devuelve a la realidad, tu realidad o la realidad de otro casi fusionada con la tuya.  Remotos lugares re prodecencia, diagnósticos, sentimientos, miedos, angustias, alegrías, resultados. Esperaba, en el hall del primer piso de Onco. Médicos y médicas entraban y salían. Algunos niños pasaban a mi lado, tan siquiera sin reparar en mi presencia, con destino a la sala de procedimientos, sede de maniobras, procedimientos, rememora el patio de maniobras del fuerte de Buenos Aires en plena segunda invasión inglesa. Allí donde tienen lugar los preparativos previos a determinar las líneas de batalla.
Mirándolos sin verlos, sólo dos personas se quedaron, al lado mío pero muy lejos de mí. Sólo conocía a una de las interlocutoras, había sido nuestro primer contacto con el servicio. Sabía lo que representaba, era el capitán del barco. Ambas, delineando tácticas de combate, protocolos de ataque, técnicas de defensa, delimitando las trincheras. Un niño nuevo al parecer, comenzaba o continuaba, no podría decirlo, no había visto a esa mamá hasta ese momento, rostro que aún no recuerdo. Las percepciones guardan más que la memoria. Sólo era un comienzo, una acomodación a esto nuevo, dudas, intrigas, miedos pero al mismo tiempo denotaba mucha seguridad en sus palabras. El tratamiento se haría aquí en Buenos Aires, el niño debía internarse inmediatamente y comenzar quimioterapia.
Recuerdo sí, la familiar voz:
- Deberán permanecer en Buenos Aires durante todo el tratamiento, los efectos  secundarios requieren seguimiento médico inmediato.
La distancia recorrida, se minimizaba al lado del abismo. Sin titubeos, sin dudas, con convicción , con seguridad y valor - Nos quedaremos a vivir en Buenos Aires lo que sea necesario- como única respuesta.  E inmediatamente la pregunta de indudable respuesta - Cuándo cree que podremos volver a Asunción? 
Una  brisa de orgullo recorrió mi cuerpo, empezaba a tener la firme convicción que no importaba quién fueras ni de dónde vinieras, esos héroes desconocidos de guardapolvo blanco apostaban por la vida.
La puerta del sector de médicos se abrió y me volvió a mi realidad. Nuestro hombrecito del azulejo, se había escapado una vez más de su rincón olvidado, y venía en nuestro auxilio -Y cómo va todo? Vamos al consultorio y ajustamos la dosis, los vómitos van a ceder.
Tres años después, también por casualidad, esas mismas historias se siguen entrelazando.

domingo, 21 de octubre de 2007

Festejando el Día de la Madre - 2007



Esa tarde estuviste prácticamente todo el tiempo con el traje del Hombre Araña... hasta que Papá te dijo que quería verte la carita...
Estabas chocho con la guitarra que te regaló la tía Yolanda... como loco con los instrumentos... nosotros te habíamos regalado un órgano genial con el que jugabas mucho los días que pasabas en el hospi... Sacamos un montón de fotos, te parabas en las sillas y te tirabas como Spiderman sobre Pau, Isa o Eva...


Y después a jugar a la pelota... metías un montón de goles siguiéndole el paso al ritmo del cascabel...  


viernes, 5 de octubre de 2007

Octubre 2007


Después del transplante, cada día que pasaba tenías mejor color, más fuerza, más ganas de hacer cosas. Venía Cecilia, tu seño domiciliaria, y la hacías jugar todo el tiempo. Ceci quería ponerte a trabajar un poco, te traía las letras en braile, las cajas de huevos, las plantillas, dominoes de relieve, pero vos nada de trabajo, la hacías sentarse en el piso de tu cuarto y que jugara con tus autitos. Cuando te cansabas un poco, te hacías el mimoso y tenía que llevarte hasta mi cama a upa. Y ella te quería tanto, la podías tanto que hacía todo lo que vos querías.  Fuiste un bandido!!!!

domingo, 30 de septiembre de 2007

Festejando el Cumple de Luz - 2007


Festejamos el Cumple de Lula
con un flor de asado...
esa noche te divertías con el aparato de Mamá... cómo te gustaba sacar fotos!

Al abuelo lo retabas todo el tiempo: "Ay! Carolo no mientas más" le decías... "Basta con lo de Cachivirulo. ¿Todo le pasó a Cachivirulo?"
Ese amigo imaginario...






Te encantaba que te hagamos
sanguchito

domingo, 18 de marzo de 2007

Festejando el Cumple de Pauli 2007


¿Y los fierros?
Jua... un apasionado de las motos y los autos...
Por esos días andábamos todos como locos con el "Rarrarra"...
era nuestra frase del poder...
Allá en La Colonia te encantaba hacer "campotraviesa"
con Papá...
(a escondidas de Mamá)



sábado, 17 de marzo de 2007

Festejando el Cumple de Pauli 2007


Con el tío Cali se la pasaban haciendo morisquetas y burlándose de todos nosotros...
Jeje... nunca perdiste ese sentido del humor tan especial...
En el hospi estableciste el sistema de la alcancía... y el que quería pasar a verte tenía que pagar!! Ja... hasta los doctores ponían monedas... y alguno que otro se animó con un billete!

Marzo del 2007 Cumple de Paulita

Una semana después estábamos festejando el cumple de la Pauli y estabas en casa. Habías pasado el período crítico, la semana desde la quimio y seguíamos en casa. Pauli fue al jardín maternal y su seño Laura, le regaló un elefante de goma Eva. Te gustaba acompañarme al maternal, en cuanto te veía te empezaba a gritar y vos te dabas cuenta que era tu hermana. A veces entrábamos hasta la sala, te gustaba escuchar el bochinche que hacían los amiguitos de Pauli en su media lengua.







domingo, 11 de marzo de 2007

Cumple Nº 5

Cumplías cinco años. Ese 10 de marzo amanecimos en el hospital, terminábamos la tercer quimio.
En la Unidad 9 te saludaron todas las doctoras y las enfermeras, y se apuraron para darte el Alta, querían que estuvieras en casa con las chicas. Mientras tanto, todos esperaban tu llegada, hubo torta y te hicieron un multitudinario asado. Como siempre, cuando volvías de las quimios se apuraban todos a verte y saludarte, después teníamos que estar unos días en casa, para pasar la baja de defensa en casa.
Paula te vino a ver tempranito en la mañana al hospi y te trajo tu regalo. Estabas contento y fastidiado, ya era hora de irse. Pau me ayudó un poco a sostenerte, deshabilitar el cateter no era cosa fácil. Era la única que se animaba, te sosteníamos fuerte para que no te lastimaras o no se infectara el cateter.



Estabas muy cansado, los tres días de quimio te habían agotado, igual juntaste todas tus fuerzas, y soplaste fuerte la vela. Se suponía que cuando la prendiéramos iba a sonar el feliz cumpleaños, pero de tan trucha no sonó nada. Nos cagaron en el super!!!





Tu cumple estuvo hermoso, y esas semanas que siguieron también. No tuviste nuetropenia febril y pudiste estar en casa hasta la siguiente quimio. Religosos cada 21 días, pasara lo que pasara llegabas en condiciones para seguir adelante. Eso sí que eran ganas de vivir!!

Marzo 2007







Luz y Paulita estaban desconcertadas. Nos íbamos y veníamos, les hablábamos de una enfermedad a la que no entendían, siempre faltabas vos y uno de nosotros, se quedaban con quien pudiera cuidarlas esperando que lleguemos, y siempre cada vez, Lula preguntaba cómo estabas y cuándo venías!!! Y cuando volvías, era una alegría aunque a veces era sólo por uno o dos días, y luego volvíamos a empezar.

jueves, 18 de enero de 2007

Debe ser de día porque calienta el sol

Despertar en casa. A pesar de miles de ideas rondando por la cabeza, nada en concreto y todo oscuro, despertar en casa, compartir el colecho (MARTÍNEZ 2010) hace parecer que en algún punto todo empieza a mejorar.
El desayuno, principal comida de un niño en pleno crecimiento, es el talón de Aquiles de los padres. Si sólo desayunara bien, sería un comenzar de nuevo. La leche caliente con chocolate y azúcar como siempre le gustaba, con las galles, o el pan con manteca o la de agua con mermelada o las marineras con queso blanco, o un yogur, o un postrecito, o algo. La ya tibia leche esperando al lado de la mesita de luz, junto a la batería de remedios (analgésicos, antibióticos, antiinflamatorios condición sine qua non para salir de alta), todo cerquita esperando el primer bocado, la piedra angular que diera rienda suelta a la esperanza, una vez más. Niño que se aliementa, es un niño sano.
La ya fría leche esperando en la misma mesita de luz. -Agarrá la leche, dale unos sorbitos, vas a ver qué rica. -Mirá la mesita de luz, está llena de galletitas. -Mirá el Danonino que tanto te gusta. ¿Querés los dibujitos? Te pongo los dibus, seguro está Bob el constructor. ¿Estos te gustan?¿Cuál dejo? Mirá los backgardigans.... ¿Cuál pongo? Este o este???
¿Te duele la pancita? ¿Cuidado con los hilitos de la costura, viste los hilitos en tu panza? Ahora te parecés al abuelo, parece una herida de guerra. La viste?? No la toques.
Comé el yogur, o la leche o la galle o... -Mamá, no jodás más, no ves que no la veo. -Qué no ves!! Al lado tuyo, dale, basta cortala, hay que comer algo, tomar la leche, que hace un día hermoso. Lula, abrí la ventana que tu hermano quiere más luz. Y ahora?? dale, cortala no hay más excusas.
El despertar no había sido ni mucho mejor, ni más alentador. Eran las 10:00 de la mañana, había descansado bien. No se había quejado de dolor, parecíamos encaminados. Qué pasaba? Estaba enojado? Estaba haciendo el "manejo" que decía la doctora que nos había dado el alta en rebelión a tantos días de internación?? Sin vueltas, sin dudar, lo tomamos en nuestros brazos, porque todavía no podía caminar, estaba muy débil (seguramente tantos días internado, recién operado, sin querer comer), nos pusimos a pleno rayo de una calurosa mañana de enero:
-Y Joaco, es de día o de noche?
- Debe ser de día porque calienta el sol.
Y lo que parecía ser un nuevo comienzo, comenzaba siendo otra larga peregrinación por un sistema de salud sin ética, lleno de incompetentes, en el que no encontrábamos cabida.



MARTINEZ, Elda Cecilia. Mi hijo y yo... en la lucha contra el cáncer [en línea] Asunción (Paraguay): Blogger, marzo 2009. Actualizado 22 nov 2010 [citado 23 nov 2010]. Dormir con los hijos.
Disponible en: http://laluchacontraelcancerdemihijo.blogspot.com/2010/11/dormir-con-los-hijos.html




lunes, 1 de enero de 2007

Algo no andaba bien

Era 1º de enero del 2007, comenzaba un nuevo año. Como todos los años nos fuimos a Entre Ríos. Toda la familia y los amigos. Con gran alegría esperábamos un nuevo año, dejábamos atrás un largo año, cansador, agotador, de laburo, parecía más cansador que otros años. Nos pesaban las piernas, nos dolía el cuerpo. Y digos "nos dolía" porque todos sentíamos el cuerpo batallado por un largo año, se iba el 2006, año de alegría, nacimientos, había llegado la Pauli, la chiqui, comenzaba a gatear,balbuceaba sus primeras palabras, tocaba todo, se comía todo, rebotaba por toda la casa, todavia no iba al jardín. Luz terminaba su 2º grado, como siempre con honores, llena de sobresalientes, con autonomía, con dedicación, iba a gimnasia. Y vos, Cuchi (como te decíamos en casa desde que habías tenido de mascota la ranita en el baño del campo), terminabas tu salita de cuatro con la seño Vivi. Radiabas hermosura, vivacidad, eras campechano, te habías criado entre las vacas de la Matilde, en la pulpería de don Manuel, entre los fierros del Yuli. Pero no aprendías los colores. Al principio la seño nos decía que te costaba ajustarte a las normas, la vida libre del campo -decíamos- le cuesta adaptarse. Después, a fin de año empezamos a pensar en una escuela Waldorf, te estaba costando adaptarte, se te gastaban las pilas, estabas callado, y apoyabas tu cabecita en el regazo de Vivi. Hablé con ella, si era cierto, parecía que te aburrías, que te hacían falta las plantitas, las ranitas, las vacas, la lluvia, el pasto. Y estábamos cansados, en marzo empezaríamos todos con ganas, de nuevo. La docencia es así, todos llegamos arrastrándonos a fin de año, sin darles bola, corrigiendo, cerrando notas, haciendo boletines, elaborando un concepto escrito del alumno que resuma todo el año, el registro en casa (no se debe), la evaluación del PEI (Proyecto Educativo Institucional), hoy ya cambió, ahora es sólo PE (Proyecto Escuela) lo que no cambíó es qie seguimos sin darle bola a nuestros hijos porque es fin de año. En enero vamos a jugar con ellos para que no se sientan desplazados por la nueva hermanita, ah!! cierto había una bebé, que tomaba teta, tenía  8 meses, y mamadera, porque después de la jornada completa ni sueñes con tener una gota de leche, y el Instituto, para capacitarnos, sino más adelante nos van a decir VAGOS, y..,y .. y bue, al fin diciembre. Te quedabas dormido en el taller de las telas del abuelo, mullido entre los kilos de algodón, ni hablar cuando era percal. Una fiesta, cuando llenában el patio de vellón. Todos daban vueltas por la casa, el Panda, la tortuga entraba en su etapa de celo, pero ni la Manuelita (que resultó Manuelito) lograba tenerte en vigilia. Religioso, a las  8 te quedabas dormido. Pero bueno, Luz tuvo pila de sobra siempre, siempre y Paulita era chiquita, seguro que las siestas le cargaban las energías.

Pasó la Navidad, llegó año nuevo y nos fuimos a respirar aire puro, a estar en familia, pescar. Te levantabas con todas las pilas, tomabas la leche y empezabas a correr, pasto, árboles, sol, pile, agua, saltos, ya metías la cabeza, salías, pegabas unos saltos y hacías volteretas anets de voler a perderte entre el agua revuelta y salías morado, obviamente porque el agua estaba fría, y así hasta las 8. Religiosamente, a las 8 te dormías. Todos los demás niños seguían jugando, cansados, caprichosos, con berrinches, pero vos simplemente caías rendido.
Y empezaron los dolorcitos en la espalda, atrás, acá mami. Corriste mucho, te cansaste. Y vino, una febrícula. Insolación- mucho líquido, dieta y nada de sol. Pero cada tanto, a las perdidas, volvía: me duele pero ahora acá, al costado de la pierna. -Lo tendría que ver un traumatólogo.
Y nos volvimos.