Despertar en casa. A pesar de miles de ideas rondando por la cabeza, nada en concreto y todo oscuro, despertar en casa, compartir el colecho (MARTÍNEZ 2010) hace parecer que en algún punto todo empieza a mejorar.
El desayuno, principal comida de un niño en pleno crecimiento, es el talón de Aquiles de los padres. Si sólo desayunara bien, sería un comenzar de nuevo. La leche caliente con chocolate y azúcar como siempre le gustaba, con las galles, o el pan con manteca o la de agua con mermelada o las marineras con queso blanco, o un yogur, o un postrecito, o algo. La ya tibia leche esperando al lado de la mesita de luz, junto a la batería de remedios (analgésicos, antibióticos, antiinflamatorios condición sine qua non para salir de alta), todo cerquita esperando el primer bocado, la piedra angular que diera rienda suelta a la esperanza, una vez más. Niño que se aliementa, es un niño sano.
La ya fría leche esperando en la misma mesita de luz. -Agarrá la leche, dale unos sorbitos, vas a ver qué rica. -Mirá la mesita de luz, está llena de galletitas. -Mirá el Danonino que tanto te gusta. ¿Querés los dibujitos? Te pongo los dibus, seguro está Bob el constructor. ¿Estos te gustan?¿Cuál dejo? Mirá los backgardigans.... ¿Cuál pongo? Este o este???
¿Te duele la pancita? ¿Cuidado con los hilitos de la costura, viste los hilitos en tu panza? Ahora te parecés al abuelo, parece una herida de guerra. La viste?? No la toques.
Comé el yogur, o la leche o la galle o... -Mamá, no jodás más, no ves que no la veo. -Qué no ves!! Al lado tuyo, dale, basta cortala, hay que comer algo, tomar la leche, que hace un día hermoso. Lula, abrí la ventana que tu hermano quiere más luz. Y ahora?? dale, cortala no hay más excusas.
El despertar no había sido ni mucho mejor, ni más alentador. Eran las 10:00 de la mañana, había descansado bien. No se había quejado de dolor, parecíamos encaminados. Qué pasaba? Estaba enojado? Estaba haciendo el "manejo" que decía la doctora que nos había dado el alta en rebelión a tantos días de internación?? Sin vueltas, sin dudar, lo tomamos en nuestros brazos, porque todavía no podía caminar, estaba muy débil (seguramente tantos días internado, recién operado, sin querer comer), nos pusimos a pleno rayo de una calurosa mañana de enero:
-Y Joaco, es de día o de noche?
- Debe ser de día porque calienta el sol.
Y lo que parecía ser un nuevo comienzo, comenzaba siendo otra larga peregrinación por un sistema de salud sin ética, lleno de incompetentes, en el que no encontrábamos cabida.
MARTINEZ, Elda Cecilia. Mi hijo y yo... en la lucha contra el cáncer [en línea] Asunción (Paraguay): Blogger, marzo 2009. Actualizado 22 nov 2010 [citado 23 nov 2010]. Dormir con los hijos.
Disponible en: http://laluchacontraelcancerdemihijo.blogspot.com/2010/11/dormir-con-los-hijos.html
Durante estos tres años viví al ritmo de tus sonrisas. No sé cómo siempre tenías una sonrisa para darnos. Todas la sonrisas en las que te retrato, volvíamos de una quimio, un pinchazo, una anestesia, un "tatuaje", los rayos, o habías estado volando de fiebre, o con innumerables vómitos, con cansancio, malestar, diarrea, dolor de cabeza, dolor de panza, de espalda o de hueso, pero siempre cuando se terminaba nos dabas tu mejor sonrisa. Al lado nuestro siempre estaba tu "Hombrecito del azulejo"
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Yo le decía..comé o te van a poner la sonda nasográstrica, por favor comé. Siempre me pedía Ades, y un día me dijo -ma, está cortado... tráeme helado-. Y le traje helado, -ma, esta cortado tambien-. Esas malditas drogas que le cambiaban el gusto..
ResponderEliminarDebe haber sido muy dura esta lucha, si los sistemas de salud no estaban a la altura de la situación.
ResponderEliminarFue muy bueno leer tu blog.
Recibe un fuerte abrazo, y cuenta conmigo para lo que necesites.
son una familia tan fuerte! es una lucha desgarradora, lo que han pasado es... no tengo palabras.
ResponderEliminarles envío abrazos, fuerza, pienso en ustedes.
yo tengo 2 hijos y no se que haría en tu situación.
te admiro!