Era 1º de enero del 2007, comenzaba un nuevo año. Como todos los años nos fuimos a Entre Ríos. Toda la familia y los amigos. Con gran alegría esperábamos un nuevo año, dejábamos atrás un largo año, cansador, agotador, de laburo, parecía más cansador que otros años. Nos pesaban las piernas, nos dolía el cuerpo. Y digos "nos dolía" porque todos sentíamos el cuerpo batallado por un largo año, se iba el 2006, año de alegría, nacimientos, había llegado la Pauli, la chiqui, comenzaba a gatear,balbuceaba sus primeras palabras, tocaba todo, se comía todo, rebotaba por toda la casa, todavia no iba al jardín. Luz terminaba su 2º grado, como siempre con honores, llena de sobresalientes, con autonomía, con dedicación, iba a gimnasia. Y vos, Cuchi (como te decíamos en casa desde que habías tenido de mascota la ranita en el baño del campo), terminabas tu salita de cuatro con la seño Vivi. Radiabas hermosura, vivacidad, eras campechano, te habías criado entre las vacas de la Matilde, en la pulpería de don Manuel, entre los fierros del Yuli. Pero no aprendías los colores. Al principio la seño nos decía que te costaba ajustarte a las normas, la vida libre del campo -decíamos- le cuesta adaptarse. Después, a fin de año empezamos a pensar en una escuela Waldorf, te estaba costando adaptarte, se te gastaban las pilas, estabas callado, y apoyabas tu cabecita en el regazo de Vivi. Hablé con ella, si era cierto, parecía que te aburrías, que te hacían falta las plantitas, las ranitas, las vacas, la lluvia, el pasto. Y estábamos cansados, en marzo empezaríamos todos con ganas, de nuevo. La docencia es así, todos llegamos arrastrándonos a fin de año, sin darles bola, corrigiendo, cerrando notas, haciendo boletines, elaborando un concepto escrito del alumno que resuma todo el año, el registro en casa (no se debe), la evaluación del PEI (Proyecto Educativo Institucional), hoy ya cambió, ahora es sólo PE (Proyecto Escuela) lo que no cambíó es qie seguimos sin darle bola a nuestros hijos porque es fin de año. En enero vamos a jugar con ellos para que no se sientan desplazados por la nueva hermanita, ah!! cierto había una bebé, que tomaba teta, tenía 8 meses, y mamadera, porque después de la jornada completa ni sueñes con tener una gota de leche, y el Instituto, para capacitarnos, sino más adelante nos van a decir VAGOS, y..,y .. y bue, al fin diciembre. Te quedabas dormido en el taller de las telas del abuelo, mullido entre los kilos de algodón, ni hablar cuando era percal. Una fiesta, cuando llenában el patio de vellón. Todos daban vueltas por la casa, el Panda, la tortuga entraba en su etapa de celo, pero ni la Manuelita (que resultó Manuelito) lograba tenerte en vigilia. Religioso, a las 8 te quedabas dormido. Pero bueno, Luz tuvo pila de sobra siempre, siempre y Paulita era chiquita, seguro que las siestas le cargaban las energías.
Pasó la Navidad, llegó año nuevo y nos fuimos a respirar aire puro, a estar en familia, pescar. Te levantabas con todas las pilas, tomabas la leche y empezabas a correr, pasto, árboles, sol, pile, agua, saltos, ya metías la cabeza, salías, pegabas unos saltos y hacías volteretas anets de voler a perderte entre el agua revuelta y salías morado, obviamente porque el agua estaba fría, y así hasta las 8. Religiosamente, a las 8 te dormías. Todos los demás niños seguían jugando, cansados, caprichosos, con berrinches, pero vos simplemente caías rendido.
Y empezaron los dolorcitos en la espalda, atrás, acá mami. Corriste mucho, te cansaste. Y vino, una febrícula. Insolación- mucho líquido, dieta y nada de sol. Pero cada tanto, a las perdidas, volvía: me duele pero ahora acá, al costado de la pierna. -Lo tendría que ver un traumatólogo.
Y nos volvimos.
Durante estos tres años viví al ritmo de tus sonrisas. No sé cómo siempre tenías una sonrisa para darnos. Todas la sonrisas en las que te retrato, volvíamos de una quimio, un pinchazo, una anestesia, un "tatuaje", los rayos, o habías estado volando de fiebre, o con innumerables vómitos, con cansancio, malestar, diarrea, dolor de cabeza, dolor de panza, de espalda o de hueso, pero siempre cuando se terminaba nos dabas tu mejor sonrisa. Al lado nuestro siempre estaba tu "Hombrecito del azulejo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario