La noticia nos devastó. Volvía y nos resistíamos a dejarte ir. Decidimos que la pelaríamos con vos hasta el final. Mercedes dijo que estaba la opción de la quimio, que la situación estaba complicada, pero estabas tan entero y con tantas ganas de vivir...
Ese mismo lunes empezamos, ambulatorio, íbamos de lunes a viernes, te canalizaban, hacían el pasaje de la medicación y vuelta a casa. Por suerte te sentías bien, los vómitos tratábamos de que pasaran rápido, un poco cansado, pero la peque siempre haciéndote el aguante. Dormía a la par tuya y cuando se levantaba en seguida te ponía las pilas para jugar. Me pasé horas viéndote dormir, con la sola alegría de ver que estabas.
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